miércoles, 23 de abril de 2008

"La vida es como una caja de bombones"

El tiempo había pasado e irremediablemente todo era diferente. Aún seguía sin comprender cómo ocurrió… ¿Acaso fue demasiado rápido? ¿O quizás él demasiado lento?... Si bien no había una certeza, su corazón se inclinaba hacia la segunda opción.


Les echaba de menos. Habían pasado tanto tiempo juntos. Las risas, sus charlas, aquellos planes de futuro… todo se había roto.


Pero, ¿¿por qué??... se sentía como un niño pequeño haciéndose una y otra vez la misma pregunta… autoculpándose…Quién, si no yo, puede tener la culpa…o por lo menos, quién puede tener tanta culpa como yo…


Posiblemente de nada sirviera ya buscar culpables… la realidad manda más que la realeza, como diría su viejo Profesor…


Habían cambiado tantas cosas. De hecho, muy pocas eran como se había imaginado que serían. Una gran parte de sus sueños habían desaparecido, llevados por el aire hacia lugares dónde ya no los encontraría…


Y no es que fuera desdichado, ni mucho menos infeliz… aunque sí pudiera sentirse… incompleto…


“La vida es como una caja de bombones”… y cuánta razón tenía el bueno de Forrest… ¡¡la vida se compone de tantos momentos!! Y aunque, cuando los ves todos juntos, puede parecer que comer uno, dos o incluso tres de poco se notaría…la verdad más absoluta es que dejan un hueco… una señal… muy difícil de volver a rellenar…

No le gustaba ser malinterpretado… era extremadamente feliz… a lo largo de su vida pudo dar fe de ello… su error, quizás el más grave, fue afrontar su existencia mirando siempre la señal que los bombones extraídos habían dejado en su caja…

Nunca es malo, y menos en aquellos momentos, recordar el pasado… lo perjudicial es vivir siempre con la herida abierta…

Nunca quiso confesarme aquel dolor que le partía el alma… su única confesión fue que siempre tuvo un ángel… un ángel que le acompañó el resto de su vida, le reconfortó en los peores momentos e… inundó hasta el último rincón de su caja de bombones…


Gracias por ser mi ángel...

Por siempre Tuyyo...

lunes, 21 de abril de 2008

Ya no podía perder más tiempo...

Ya no podía perder más tiempo. Estaba decidido a hacerlo. Era ahora, en ese preciso momento. Todo estaba preparado.

El sol aún no había aparecido por el horizonte, pero el sonrosado cielo aventuraba que a no mucho tardar haría su aparición. Se sentía muy cansado. Las sábanas pegadas a su cuerpo denotaban que no había disfrutado del bienestar que produce un relajado sueño.

Se levantó justo en el momento en que vió el primer rayo de la aurora en el firmamento. Solía dejar la persiana levantada para contemplar el paso de la noche, ver como revoloteaban los pajaros, o simplemente ver como todo era un constante cambio.

El suelo de madera crujió bajos sus desnudos pies. Se acercó a la ventana y al abrirla sintió como el frío viento matinal sacudía su maltrecha piel. Entonces toda duda se disipó de su mente, y solo un pensamiento pululaba dentro de sí: tenía que hacerlo, y debía ser ahora.

Rápidamente desaparecío tras la puerta de su habitación, bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina. Allí los restos de la cena aún se arremolinaban en la mesa. Peró no se fijó en todo aquello que no estaba en su lugar. Solo tenía una intención, solo un pensamiento, sólo una certeza…

Se calzó las botas que guardaba junto a la puerta de salida, se puso su chaqueta y salió corriendo por el camino que moría en su casa. Corrió por todo el camino sin detenerse un momento, los árboles pasaban raudos a su lado, los pájaros trinaban en sus nidos, y el lago reflejaba ya al tímido sol que nacía entre las montañas. Pero nada de eso importaba…

Corrió sin descanso hasta llegar al pueblo más cercano, allí…sí, sería allí…

Una a una recorrió las calles del desierto pueblo, pensando, recordando…dónde podía estar…los pensamientos se arremolinaban en su mente, el miedo le agarrotaba las extremidades, el frío cortaba su desnuda piel…

Pero, ¿Cómo? ¿cómo podría hacerlo? Ni siquiera sabía donde se encontraba… su carta no decía el hotel en el que se hospedaría... todo empezaba a perder sentido…que haría en medio del pueblo con su pijama a rayas, sus botas y aquella chaqueta azul…¿¿gritar??

De repente no pareció tan descabellado…sin pensarlo dos veces aunó todo el aire que pudo en sus pulmones, el corazón le latía con fuerza excitado, su mente se llenaba de su único pensamiento, y una lágrima nació de sus ojos verdes…

¡¡¡ TE AMO!!!


Por siempre Tuyyo...

¿¿Y yo que hago con un blog??


Lo siento, pero esa fue mi primera reacción... me sentí un poco sorprendido... vale, mejor dicho, muy sorprendido... pero hay que reconocer que no me preparastes demasiado para aquella pregunta, ¿verdad?

Bueno, lo cierto y verdad es que aquí esta... mi blog... y como te habrás dado cuenta, hipotético lector, es mi primero...

Aún me siento un poco desbordado con esto... siendo este mi primer post seré sincero... me da un poco de vergüenza escribir para ser leido...sí, sé que parece incoherente...pero, es así...

Nunca he sido un escritor prolijo... más bien he escrito poco en mi vida... pero mi experiencia me ha enseñado que cuando se escribe, se saca lo que se tiene dentro... y a mí... siempre me ha costado sacarlo... habrá quien diga que necesito un sacacorchos...

Cada historia, cada relato, cada pensamiento... saldrá de lo más profundo de mí... será aquello que casi nunca digo, y aquello que siempre guardo en mí... de modo que podría decirse que es la voz de mi silencio...

Así que aquí estoy yo... escribiendo posts en este blog, sacando lo que llevo dentro de mí para tí, mi hipotético lector...

Muchas gracias a tí (sabes a quién me refiero) por empujarme a esta pequeña aventura que me lleva a rebuscar dentro de mí, quizás para conocerme un poco mejor... Gracias por confiar en mí y ser siempre la mitad de mi tuyyo...

Por siempre Tuyyo...